La falta de movilidad en la rotación cervical es un problema común en pacientes con dolor de cuello, y su origen no siempre está relacionado con la estructura ósea o articular.
Imagina que un paciente llega a tu consulta con dolor en el cuello y dificultad para rotar la cabeza. Al evaluar su movilidad, notas que su rango de rotación cervical está limitado, pero no hay ningún signo evidente de restricción articular. Si el problema no está en la estructura ósea, ¿qué lo está causando?
En muchos casos, esta falta de movilidad se debe a alteraciones en el patrón de control motor de la musculatura cervical. Es decir, algunos músculos pueden activarse en exceso, mientras que otros están inhibidos o no cumplen su función de manera eficiente.
Esto no solo reduce la amplitud del movimiento, sino que también puede generar sobrecargas y perpetuar el dolor.
Para los fisioterapeutas y otros profesionales de la salud, identificar estos patrones de activación muscular es clave para diseñar un tratamiento eficaz.
A continuación, vas a aprender dos fórmulas para evaluar la restricción en la rotación cervical y detectar si el problema está en el control motor de los músculos implicados.
Sinergia esperada en la rotación cervical
La movilidad cervical adecuada depende de una activación muscular coordinada. Cuando esta sinergia se altera, el resultado es una restricción en el rango de movimiento, acompañado muchas veces de dolor cervical o irradiado al miembro superior.
En una rotación cervical hacia la derecha, el patrón sinérgico correcto debería ser:
Este patrón implica que, al girar la cabeza hacia la derecha, el ECOM izquierdo debería activarse más que el escaleno izquierdo, y el esplenio derecho debería tener mayor actividad que el ECOM derecho.
Cuando esta coordinación falla, se pueden generar compensaciones musculares que no solo reducen la movilidad, sino que también aumentan el riesgo de dolor crónico o lesiones asociadas.
Por ejemplo, si el ECOM derecho se activa en exceso durante la rotación a la derecha, podría indicar un déficit en el escaleno izquierdo. Estos desequilibrios alteran la mecánica normal del cuello, restringiendo el movimiento y contribuyendo al desarrollo de patologías cervicales.
Para abordar este problema de manera efectiva, es crucial identificar el patrón muscular alterado y corregirlo mediante ejercicios específicos o técnicas de terapia manual.
A continuación, te presentamos dos fórmulas para evaluar y comprender el origen de la limitación de la movilidad cervical, ayudándote a restaurar la función normal del cuello de tus pacientes.
Fórmula 1: Inhibición del agonista
Uno de los motivos más frecuentes de la restricción en la rotación cervical es la inhibición del músculo agonista. Si el músculo principal responsable del movimiento no se activa lo suficiente, no puede generar la fuerza necesaria para iniciar y sostener la rotación, lo que limita la amplitud del movimiento.
Ejemplo: Rotación cervical hacia la derecha
En este caso, el ECOM izquierdo es el principal agonista del movimiento. Si su activación es insuficiente en comparación con el ECOM derecho, el resultado será una movilidad reducida hacia la derecha.
🔹 ECOM izquierdo << ECOM derecho ❌ → Inhibición del ECOM izquierdo.
🔹 Consecuencia: Menos movilidad en la rotación cervical derecha.
Este déficit puede ser compensado por otros músculos, generando tensiones innecesarias y alteraciones en la biomecánica del cuello. Sin embargo, si se trabaja para activar correctamente el ECOM izquierdo, la movilidad de la rotación cervical hacia la derecha mejorará significativamente.
🔎 Solución: Aplicar ejercicios específicos para aumentar la activación del ECOM izquierdo y restaurar el equilibrio muscular en la zona cervical.
Fórmula 2: Exceso de coactivación del antagonista
Otra causa común de la restricción en la rotación cervical es el exceso de activación del músculo antagonista. En este caso, el músculo que debería relajarse para permitir el movimiento está demasiado activo, generando una resistencia innecesaria.
Ejemplo: Rotación cervical hacia la derecha
Durante este movimiento, el ECOM derecho actúa como antagonista, por lo que su activación debería ser mínima para permitir una rotación fluida. Sin embargo, si este músculo se activa en exceso, se convierte en un freno, impidiendo que el cuello rote con normalidad.
🔹 ECOM derecho se coactiva en exceso ❌ → Oposición al movimiento.
🔹 Consecuencia: Menos movilidad en la rotación cervical derecha.
En este escenario, el ECOM derecho está resistiendo activamente el movimiento, en lugar de permitir que el ECOM izquierdo haga su trabajo. Esta disfunción puede generar tensiones innecesarias y sobrecargas en la musculatura cervical, aumentando el riesgo de dolor y molestias.
🔎 Solución: Reeducar el patrón muscular para reducir la coactivación del antagonista y restablecer el equilibrio en la activación muscular. Esto permitirá una mayor amplitud de movimiento en la rotación cervical y reducirá la rigidez en el cuello.
Conclusión
Músculos agonistas con poca activación y músculos antagonistas con exceso de coactivación pueden generar una restricción significativa en la rotación cervical.
Estos desequilibrios musculares no solo limitan el movimiento, sino que también pueden provocar compensaciones, sobrecargas y molestias persistentes.
Si estas disfunciones no se corrigen a tiempo, el problema puede agravarse, derivando en dolor crónico, alteraciones posturales y un mayor riesgo de lesión. Por ello, es fundamental que seas capaz de identificar la causa exacta de la restricción mediante una evaluación precisa y estrategias de reeducación neuromuscular.
Con la electromiografía de superficie (EMG) de mDurance, puedes analizar con precisión la activación de cada músculo en tiempo real y detectar estos patrones disfuncionales con objetividad.
