Electromiografía de superficie: Lo que todo fisioterapeuta debería saber

¿Sigues evaluando la función muscular de tus pacientes solo “a ojo”?

Muchos fisioterapeutas siguen basando sus valoraciones en la observación, la palpación o la respuesta subjetiva del paciente. El problema es que estos métodos no siempre detectan lo que realmente ocurre debajo de la piel: compensaciones musculares, déficits de activación o patrones ineficientes que pueden estar limitando el progreso del tratamiento.

¿Cuántas veces has diseñado un plan de tratamiento que no dio los resultados esperados?

¿Cuántos pacientes han vuelto a consulta sin mejoras claras o incluso con nuevos síntomas?

Sin una evaluación con datos objetivos, es fácil pasar por alto detalles clave. Y esos detalles son los que marcan la diferencia entre una recuperación rápida y una cronificación.

La electromiografía de superficie (EMG) es una herramienta que te permite ver lo invisible: saber qué músculos funcionan bien y cuáles no. 

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¿Qué es la EMG de superficie? Aprende lo esencial para aplicarla en clínica

La EMG es una técnica no invasiva que registra la actividad eléctrica de los músculos mediante electrodos colocados sobre la piel. En pocas palabras, te permite “escuchar” cómo y cuánto se activa un músculo en tiempo real mientras tu paciente se mueve.

Gracias a ella, puedes valorar la función muscular de forma objetiva, detectar compensaciones, asimetrías o déficits de activación y tomar decisiones clínicas mejor fundamentadas.

Aquí tienes los 4 conceptos clave que debes saber:

  1. 1. Qué mide la EMG:

Mide el nivel de activación muscular. Es decir, cuántas unidades motoras se reclutan para realizar un movimiento. Cuanto más se activa un músculo, mayor será la señal registrada.

  1. 2. Cómo se aplica:

Colocas electrodos de superficie sobre el vientre muscular, siguiendo una buena preparación de la piel. Luego, grabas el movimiento y visualizas la activación muscular en tiempo real.

  1. 3. Qué puedes observar:
    • – ¿Qué músculo se activa más?
    • – ¿Se activa antes o después de lo esperado?
    • – ¿Existe asimetría entre el lado sano y el lesionado?
    • – ¿Hay músculos que no están participando como deberían?

La EMG se puede utilizar de forma eficaz en tendinopatías, dolor lumbar, rehabilitación postquirúrgica, control motor, suelo pélvico o incluso reeducación de la marcha.

4. Algunos de los beneficios más destacados incluyen:

Diagnósticos más precisos: detecta patrones musculares ineficientes que no se ven a simple vista.

Elección de ejercicios más efectivos: ajusta la carga, el ángulo, el tempo o la técnica en función de la activación muscular real.

Mayor adherencia del paciente: al mostrar datos visuales objetivos, el paciente entiende mejor su problema y se implica más en el tratamiento.

¿Cómo funciona la EMG paso a paso?

El uso clínico es más simple de lo que imaginas:

1️⃣ Colocas los sensores sobre los músculos que quieres analizar. Por ejemplo, glúteo mayor, cuádriceps, trapecio, etc.

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2️⃣ Registras vídeo sincronizado con la señal muscular. Esto permite analizar el movimiento y la activación en simultáneo, facilitando tanto el diagnóstico como la explicación al paciente.

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3️⃣ Interpretas un informe gráfico intuitivo que te muestra, por ejemplo, si el glúteo está activándose menos que los lumbares en un peso muerto, o si hay una coactivación excesiva del trapecio superior en una elevación de hombro.

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Aplicaciones clínicas más comunes

La EMG de superficie tiene múltiples aplicaciones en fisioterapia, tanto en el ámbito deportivo como en el clínico:

  • Músculo-esquelética: dolor lumbar, tendinopatías, LCA, inestabilidad escapular, cintilla iliotibial…
  • Suelo pélvico: reeducación postparto, disfunciones urinarias, dolor pélvico.
  • Neurología: ictus, parálisis cerebral, enfermedad de Parkinson.
  • ATM: evaluación de hiperactividad muscular en bruxismo, cefaleas o dolor mandibular.
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¿Qué te aporta frente a otros métodos?

  • – Ofreces evaluaciones basadas en datos objetivos, no solo en percepciones.
  • Ganas credibilidad al mostrar gráficos que el paciente comprende al instante.
  • Te diferencias profesionalmente, posicionándote como un fisioterapeuta basado en evidencia.
  • – Diseñas intervenciones más precisas y personalizadas.

Conclusión

La electromiografía de superficie no es el futuro: es el presente de la fisioterapia avanzada. Gracias a esta herramienta puedes:

✅ Medir.
✅ Analizar.
✅ Reeducar.
✅ Demostrar progreso.

Y lo más importante: ayudar mejor a tus pacientes.

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Nos vemos en el siguiente post 🙂