Si volviese a empezar a aprender de EMG, empezaría por estos 5 conceptos  (explicados con casos reales)

Cuando empiezas a trabajar con electromiografía de superficie (EMG), es fácil sentirse abrumado por los datos y gráficas. 

Pero si tuviera que volver a empezar desde cero, hay cinco conceptos neuromusculares clave que priorizaría para entender realmente cómo aplicar esta tecnología a la práctica clínica.

Estos principios no solo te permiten interpretar la actividad muscular de forma más precisa, sino que además te ayudan a tomar mejores decisiones de tratamiento. 

Para que te resulte más fácil integrarlos, los tienes detallados con casos reales.

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En este post vas a aprender 5 conceptos neuromusculares que te van a ayudar entender mejor las patologías de tus pacientes y cómo resolverlas con mayor seguridad.

1. Exceso de tono en reposo

Uno de los primeros signos de disfunción que puedes detectar con EMG es un exceso de activación muscular en reposo, es decir, cuando el músculo debería estar relajado.Caso real:

ESP_b17_videograf-1

Una paciente presenta una actividad basal en los trapecios inferiores 12 veces más alta de lo normal

Este exceso de tono puede estar relacionado con un mecanismo de protección por su dolor o como mecanismo compensatorio provocado por su postura, y si no se trata, puede limitar la movilidad y generar molestias persistentes.

Este tipo de hallazgos cambia por completo la manera en que abordas a tus pacientes.

2. Compensación muscular

Otro fenómeno frecuente es la compensación muscular, en la que un músculo trabaja más de lo que debería para suplir el déficit de otro durante un movimiento.

Caso real:

ESP_b17_videograf-2

Una paciente activa el doble el trapecio superior izquierdo en comparación con el derecho para realizar un movimiento de hombro. El problema no es solo que use un lado más que otro, sino que lo hace para conseguir un resultado mecánico peor.

Identificar compensaciones te permite redirigir el trabajo muscular hacia el músculo correcto, evitando que patrones erróneos se consoliden con el tiempo.

3. Déficit muscular

El déficit de activación muscular es quizás uno de los hallazgos más esperados al usar EMG, y también uno de los más reveladores. Ocurre cuando un músculo trabaja menos de lo que debería durante un movimiento.

Caso real:

ESP_b17_videograf-3

En el mismo caso anterior, observamos que la paciente activa la mitad el deltoides izquierdo respecto al derecho en el hombro lesionado. 

Esta diferencia no es visible a simple vista, pero explica claramente la falta de fuerza, movilidad, estabilidad y las compensaciones observadas.

Cuando detectas estos déficits, puedes personalizar los ejercicios para restaurar la función muscular específica y medir la mejora de forma objetiva.

4. Retraso en la respuesta muscular

No todos los músculos funcionan mal porque se activen poco. A veces, su problema es que responden tarde.

Caso real:

electromiografía de superficie

En este paciente vemos que su peroneo corto izquierdo tarda casi el doble que el derecho en alcanzar el pico de contracción máxima. 

Aunque la fuerza final es similar, la respuesta es más lenta, lo que puede afectar la estabilidad y el control motor durante la marcha o la practica deportiva.

Este tipo de alteración suele pasar desapercibida sin EMG, y es fundamental en pacientes con inestabilidad, esguinces recurrentes o dificultad para reaccionar rápidamente ante desequilibrios.

5. Simetría muscular

La simetría muscular es un indicador valioso cuando analizamos movimientos bilaterales. En condiciones normales, esperamos una activación relativamente equilibrada entre lados, salvo que haya una disfunción.

Caso real:

electromiografía de superficie

Durante una sentadilla, los vastos mediales de un paciente muestran solo un 53% de simetría

Esta diferencia puede deberse a dolor, cirugía previa o déficits de control motor, y debe tratarse para evitar que evolucione hacia lesiones o desequilibrios funcionales más graves.

La EMG te ayuda a cuantificar esa asimetría y seguir su evolución con precisión.

Reflexión final

Antes de aplicar cualquiera de estos conceptos en tu consulta, hazte estas tres preguntas clave:

  • – ¿Cuántos de mis pacientes pueden tener alguna de estas alteraciones motoras?
  • – ¿En qué parte del proceso de valoración puedo introducir este análisis con EMG?
  • – ¿Mis pacientes sienten más confianza si les muestro esta información objetiva?

Aprender a leer estos patrones con la ayuda de la EMG te permite ir más allá de la observación clínica, personalizar los tratamientos y obtener resultados más rápidos y duraderos.

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