Muchos profesionales encuentran dificultades al intentar determinar la causa subyacente del dolor lumbar de sus pacientes debido a su naturaleza multifactorial.
Una evaluación o un tratamiento que no tenga en cuenta la complejidad de las variables neuromusculares lleva a diagnósticos incompletos o inexactos. Por ejemplo, un paciente puede reportar dolor lumbar agudo después de una rutina de ejercicios aparentemente inofensiva, sin un evento específico que desencadene el dolor. Este escenario puede ser confuso y llevar a tratamientos que alivian el síntoma temporalmente sin abordar la causa raíz.
Si no se identifican y tratan adecuadamente, los desequilibrios neuromusculares que a menudo contribuyen al dolor lumbar pueden llevar a problemas a largo plazo, como la perpetuación de un patrón motor basado en compensaciones, la disminución de la movilidad y un mayor riesgo de lesiones recurrentes.
Estos problemas no solo afectan la calidad de vida del paciente, sino que también influyen negativamente en su percepción sobre la eficacia de la fisioterapia, lo que resultaría en una disminución de la adherencia al tratamiento.
En este post vamos a desglosar cinco variables neuromusculares clave que pueden contribuir al dolor lumbar de tus pacientes. Vas a conseguir una comprensión más profunda de cómo abordar esta condición desde la raíz.
Usando la Electromiografía para entender el dolor lumbar
Cuando tratas con dolor lumbar, una de las mayores complicaciones es identificar qué músculos están contribuyendo al problema. ¿Es una cuestión de músculos débiles que no están haciendo su trabajo, o es el resultado de una sobrecompensación que lleva a la fatiga y el estrés muscular? Aquí es donde la EMG aporta respuestas.
La electromiografía de superficie te permite ver en tiempo real la actividad de los músculos que estás evaluando.
No estás solo tratando de interpretar el dolor o la descripción de los síntomas por parte del paciente, sino que estás consiguiendo datos concretos que muestran qué músculos están activos y cuándo no deberían estarlo, o si no están lo suficientemente activos durante ciertos movimientos.
Imagina que estás trabajando con un paciente que no ha logrado avances significativos en su tratamiento para el dolor lumbar. Con la EMG puedes descubrir que, por ejemplo, sus músculos lumbares están constantemente tensos, incluso en reposo, o que los músculos estabilizadores del tronco no se activan adecuadamente durante actividades básicas.
Esta información te permite ajustar y personalizar el tratamiento, enfocándote en fortalecer los músculos poco activos y enseñando al paciente a relajar aquellos que están crónicamente tensos.
Por cierto, si quieres aprender el protocolo que usamos para evaluar a nuestros pacientes con dolor lumbar échale un vistazo a este post.
Vamos a desglosar cuáles son las 5 variables que contribuyen al dolor lumbar de tu paciente:
5 variables neuromusculares clave que contribuyen al dolor lumbar
1. Desequilibrios musculares entre los músculos agonistas y antagonistas del tronco y la cadera.
Puedes identificar si existe una actividad excesiva o insuficiente en ciertos grupos musculares, como los erectores espinales, multífidos, los oblicuos, los glúteos, etc.
Mira este ejemplo como se activan los músculos de un paciente durante un puente de glúteo:
Los erectores espinales tienen más actividad que los glúteos, generando un patrón de compensación contínuo durante el ejercicio.
2. Sobreuso o fatiga muscular de músculos lumbares
La EMG puede revelar si hay signos de fatiga muscular en movimientos y tareas repetitivas. Fíjate en los resultados de activación de este paciente mientras evaluamos como corre:
El erector espinal izquierdo se fatiga el doble que el otro erector para realizar la misma tarea.
3. Función neuromuscular deficiente que lleva a una mala mecánica del movimiento
Puede indicar una descoordinación neuromuscular donde los impulsos nerviosos no están siendo efectivamente dirigidos al músculo.
En este ejemplo de peso muerto puedes identificar rápidamente como:
Erector espinal: La alta actividad refleja una dependencia excesiva de este músculo para el levantamiento.
Glúteo Mayor: La baja activación sugiere que no está siendo reclutado adecuadamente.
4. Alteración del tono basal en reposo.
Una Analítica Muscular puede mostrar un patrón de activación muscular alterado que se activa como respuesta al dolor.
Por ejemplo, una contracción muscular continua y prolongada como respuesta al dolor puede ser evidente.
5. Validación de la efectividad de las intervenciones terapéuticas
Al comparar los datos de EMG antes y después de las intervenciones terapéuticas, puedes evaluar si hay una mejora en los patrones de activación muscular, lo que indica una respuesta positiva al tratamiento.
Fíjate como la barra amarilla que representa al glúteo mayor ha aumentado, demostrando que la neuromodulación ha tenido un efecto positivo en el reclutamiento motor del glúteo.
Conclusiones
En resumen, el dolor lumbar es una condición compleja que desafía constantemente nuestra capacidad como fisioterapeutas para diagnosticar y tratar eficazmente.
Sin embargo, con la integración de herramientas como la electromiografía de superficie, estamos mejor equipados que nunca para entender las variables que subyacen a este problema común.
La EMG no solo enriquece tu entendimiento de las condiciones musculares, sino que también refina tus tratamientos, haciéndolos más personalizados y efectivos.
Para ti, aplicar esta comprensión y estas técnicas puede significar la diferencia entre un tratamiento que solo maneja síntomas y uno que resuelve problemas clave, facilitando una recuperación duradera y mejora en la calidad de vida de tus pacientes.
Además, educar a tus pacientes sobre estos conceptos y mostrarles datos visuales de su actividad muscular mejorará significativamente su compromiso y adherencia al tratamiento.
Si quieres acceder a la información completa del equipo de EMG de mDurance es aquí.
Nos vemos en el siguiente post 🙂
