El valgo dinámico de rodilla es un patrón de movimiento donde las rodillas se desplazan hacia adentro durante actividades como caminar, correr, saltar o aterrizar.
Este patrón no solo aumenta el riesgo de lesiones en la rodilla, como la ruptura del ligamento cruzado anterior (LCA), sino que también puede afectar a otras partes del cuerpo, como caderas y tobillos.
El valgo dinámico no es simplemente un resultado de la estructura ósea. Está profundamente influenciado por la activación y la fuerza de los músculos circundantes. Tanto si eres fisioterapeuta como entrenador, debes evaluar y comprender los desequilibrios y la debilidad muscular en todos los músculos implicados.
¿Qué factores musculares contribuyen? En este post vas a aprender los 7 factores musculares más comunes que ayudan a desarrollar un valgo dinámico.
Factores musculares que contribuyen a desarrollar un valgo dinámico de rodilla
1. Déficit en abductores de cadera.
Los abductores de la cadera, principalmente el glúteo medio y el glúteo menor, son esenciales para mantener la pelvis nivelada y estable durante la carga de peso en una pierna. Durante actividades como caminar, correr, o cualquier ejercicio que implique transferencia de peso de un lado a otro, estos músculos actúan para prevenir el colapso de la pelvis hacia el lado opuesto.
Si los abductores de la cadera son débiles, no pueden mantener eficazmente la pelvis estable y nivelada. Esta debilidad provoca una caída de la pelvis hacia el lado opuesto durante la fase de carga en actividades unipodales (cuando solo un pie soporta el peso del cuerpo).
Esta caída de la pelvis conduce a un aumento de la aducción (movimiento hacia el centro del cuerpo) y la rotación interna de la cadera del lado afectado.
La aducción y rotación interna excesivas de la cadera crean una cadena de eventos que afecta la alineación de la rodilla, forzándola hacia una posición de valgo (hacia adentro).
2. Déficit en rotadores externos de cadera.
Los rotadores externos de la cadera ayudan a controlar la rotación de la cadera durante la marcha y otros movimientos. Su función principal es mantener la cabeza del fémur firmemente dentro del acetábulo de la pelvis, facilitando así una rotación externa adecuada y evitando una rotación interna excesiva.
Si los rotadores externos son débiles, no pueden contrarrestar eficazmente la tendencia natural de la cadera a rotar internamente bajo carga. Esta debilidad permite que la cadera se mueva hacia una rotación interna excesiva.
La rotación interna excesiva de la cadera provoca un desalineamiento de la rodilla, forzándola hacia una posición de valgo, donde la rodilla se desplaza hacia dentro del centro del cuerpo.
Junto con la rotación interna, la debilidad en los rotadores externos frecuentemente conduce a un aumento en la aducción del fémur (movimiento hacia el centro bajo la pelvis).
La combinación de rotación interna y aducción del fémur empuja la rodilla hacia una posición valga, aumentando el estrés en el interior de la articulación de la rodilla.
3. Déficit en cuádriceps (Especialmente Vasto Medial Oblicuo).
El VMO es una porción del músculo cuádriceps situada en la parte interna del muslo. Su principal función es estabilizar la rótula y ayudar en la extensión de la rodilla. El VMO es particularmente importante en el último rango de la extensión de la rodilla, donde ejerce una fuerza que ayuda a alinear la rótula en su trayectoria sobre el fémur.
Si el VMO es débil y tiene poca activación, no puede ejercer la fuerza necesaria para mantener la rótula alineada correctamente en su surco troclear durante movimientos dinámicos. Esta debilidad puede permitir que la rótula se desplace lateralmente (hacia fuera), lo que altera la biomecánica de la rodilla.
La debilidad en el VMO puede llevar a un desequilibrio con respecto al vasto lateral, que puede dominar y causar un tirón excesivo de la rótula hacia el exterior. Esto no sólo desestabiliza la rótula, sino que también induce una aducción y rotación interna del fémur, componentes clave del valgo dinámico.
4. Exceso de coactivación en aductores de cadera.
Los aductores de la cadera, que incluyen músculos como el aductor largo, el aductor corto, el aductor magnus y el pectíneo, son fundamentales para acercar la pierna hacia la línea media del cuerpo.
Cuando los aductores de la cadera están hiperactivos o coactivados excesivamente, tienden a tirar del fémur hacia el interior más de lo normal. Esta aducción excesiva del fémur puede alterar la alineación normal de la rodilla, empujándola hacia una posición de valgo.
En actividades dinámicas, especialmente bajo carga como en el levantamiento de pesas o al aterrizar de un salto, la fuerza adicional ejercida por los aductores puede forzar aún más la rodilla hacia una posición de valgo, aumentando el riesgo de estrés mecánico y lesiones en la articulación.
5. Debilidad en los músculos del abdomen.
Los músculos abdominales, incluyendo el recto abdominal, los oblicuos y el transverso abdominal, juegan roles cruciales en la estabilización del tronco y la pelvis.
Proporcionan soporte a la columna vertebral y ayudan a mantener la pelvis en una posición neutra. Son esenciales para mantener el centro de gravedad del cuerpo alineado sobre la base de apoyo durante el movimiento.
Si los músculos abdominales son débiles, no pueden sostener adecuadamente la pelvis, lo que puede resultar en una anteversión pélvica (rotación hacia adelante de la pelvis). Esta posición aumenta la curvatura lumbar y puede alterar la alineación normal de la columna vertebral y las extremidades inferiores.
Una pelvis que rota hacia adelante debido a la debilidad abdominal afecta directamente la posición y la función de las caderas. La anteversión pélvica tiende a aumentar la rotación interna y la aducción de las caderas, alineaciones que son precursoras del valgo dinámico de rodilla.
La rotación interna y la aducción del fémur inducidas por la anteversión pélvica empujan la rodilla hacia una posición de valgo. Esto no solo desalinea la articulación de la rodilla sino que también aumenta el estrés en el ligamento colateral medial y puede afectar la mecánica patelofemoral.
Con una estabilidad central comprometida, el cuerpo puede compensar mediante ajustes en la postura y el movimiento. Esto puede llevar a una distribución desigual del peso y un aumento de la carga en una o ambas rodillas, exacerbando el riesgo de caer en un valgo dinámico bajo actividades de carga como caminar, correr o saltar.
6. Exceso de coactivación del TFL.
El Tensor de la Fascia Lata (TFL) es un músculo situado en la parte lateral del muslo que juega un papel crucial en la estabilización de la cadera y la pierna durante el movimiento.
El TFL, cuando está hiperactivo, puede inducir una rotación interna de la cadera. Debido a su posición y función, cuando este músculo tira con más fuerza de lo normal, puede provocar que la cadera y, en consecuencia, el fémur roten hacia dentro.
La rotación interna excesiva de la cadera conduce a una alineación que promueve la aducción del fémur, desplazando la rodilla hacia una posición de valgo.
Cuando el TFL es demasiado dominante, puede inhibir o disminuir la actividad de otros músculos estabilizadores de la cadera, como el glúteo medio y el glúteo menor. Estos músculos son esenciales para mantener la pelvis nivelada y estabilizar la rodilla durante el movimiento.
7. Déficit en los músculos del tobillo y pie.
Los músculos del pie, especialmente el tibial posterior, juegan un papel clave en el mantenimiento del arco longitudinal del pie. Un arco bien sostenido ayuda a absorber los impactos y distribuir las cargas de manera efectiva durante el movimiento.
Si estos músculos están poco activos, el arco puede colapsar (pie plano), llevando a una pronación excesiva del pie. Esta pronación excesiva puede provocar una rotación interna del tobillo y, por ende, del fémur, contribuyendo a la aducción y rotación interna que caracterizan el valgo dinámico.
Por otro lado, el correcto funcionamiento de los músculos que rodean el tobillo, como el tibial anterior y los peroneos, es esencial para una alineación adecuada del tobillo y una buena mecánica de la marcha.
La debilidad o disfunción en estos músculos puede llevar a una inestabilidad del tobillo, afectando la capacidad del tobillo para funcionar como una base estable durante las actividades que implican carga de peso. Esta inestabilidad puede ascender por la pierna y afectar la rodilla, facilitando la aparición del valgo dinámico.
Los músculos del tobillo y pie no solo afectan la estabilidad local, sino que también impactan la alineación de toda la cadena cinética de la pierna. La debilidad en estos músculos altera la mecánica del movimiento desde el pie hasta la cadera.
Cuando el pie no puede estabilizarse adecuadamente debido a un déficit muscular, otros segmentos de la pierna, incluyendo la rodilla, deben compensar, lo que a menudo resulta en un incremento del estrés mecánico y una mala alineación, como el valgo dinámico.
Conclusiones
En conclusión, los factores musculares juegan un papel fundamental en el desarrollo y la prevención del valgo dinámico. Debilidades o desequilibrios en los músculos de la cadera, el abdomen, cuádriceps, el tobillo y el pie pueden provocar una alineación inadecuada y aumentar el estrés en la rodilla, llevando a condiciones como el valgo dinámico.
Abordar estos factores mediante fortalecimiento y corrección de desequilibrios es esencial para mejorar la estabilidad de la rodilla y la salud articular.
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Nos vemos en el siguiente post 🙂