Guía definitiva para evaluar las sinergias musculares del muslo en la marcha

La marcha es uno de los movimientos más repetidos del día, pero también uno de los más infravalorados cuando se trata de evaluar el patrón muscular. 

Detrás de una marcha alterada pueden esconderse compensaciones, desalineaciones y activaciones musculares ineficientes que comprometen la función y aumentan el riesgo de lesión, especialmente en la rodilla y la cadera.

En esta guía tienes detallada qué músculos del muslo participan más en la marcha, cómo debería ser su sinergia ideal, qué ocurre cuando esta se ve alterada y cómo puedes detectarlo de forma objetiva con electromiografía de superficie (EMG). 

Si tratas a pacientes con dolor de rodilla, lesiones recurrentes o disfunción de la marcha, esta información va a cambiar tu forma de evaluar y tratar.

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Músculos del muslo que más se activan en la marcha

Durante el ciclo de la marcha, varios músculos del muslo se activan en momentos clave para asegurar un movimiento estable y eficiente:

  • Semitendinoso: Se activa al final de la fase de balanceo y es esencial para frenar la pierna y preparar el apoyo, facilitando la extensión de cadera y la flexión de rodilla.
  • Bíceps femoral: Complementa al semitendinoso en la fase final del balanceo, estabilizando la rodilla antes del contacto con el suelo.
  • Vasto lateral: Se activa al final del apoyo, ayudando a controlar la extensión de rodilla y la desaceleración del muslo.
  • Vasto medial: Trabaja junto al lateral para mantener la alineación y la estabilidad de la rodilla durante el apoyo.
  • Recto femoral: Principalmente activo en la fase de despegue, contribuye a extender la rodilla y a impulsar el avance.

La sinergia muscular esperada en la marcha

El patrón neuromuscular ideal en una marcha funcional debería seguir esta secuencia:

Semitendinoso > Bíceps femoral > Vasto lateral > Vasto medial > Recto femoral

Este patrón garantiza que los isquiotibiales lideren el control al final del balanceo y en la preparación del apoyo, mientras que los cuádriceps asumen un papel estabilizador durante el apoyo y un rol impulsor en la fase final. 

Cuando esta sinergia se altera, el movimiento pierde eficiencia y se genera una sobrecarga que, con el tiempo, puede convertirse en lesión.

Riesgos de una dominancia del cuádriceps

Cuando el cuádriceps domina la activación frente a los isquiotibiales, el equilibrio articular y la seguridad de la marcha se ven comprometidos. Este patrón puede llevar a:

⚠️ Inestabilidad de rodilla, especialmente en el momento del contacto inicial.

⚠️Sobrecarga patelofemoral, debido a una mayor presión sobre la articulación de la rodilla.

⚠️Mayor riesgo de lesión del LCA, ya que los isquios tienen un papel protector estabilizando la tibia durante el apoyo.

¿Qué pacientes suelen presentar esta alteración?

La dominancia del cuádriceps es habitual en varios perfiles clínicos:

  • – Pacientes con dolor de rodilla crónico o recurrente.
  • – Personas con lesiones previas de isquiotibiales.
  • – Pacientes con un estilo de vida sedentario, donde los isquios están inhibidos.
  • – Casos de rehabilitación postquirúrgica (ligamento cruzado anterior, prótesis, meniscectomía).
  • Deportistas, donde la fatiga muscular favorece patrones compensatorios.

Caso clínico: paciente con dolor de rodilla

Durante la valoración con EMG, se observa el siguiente patrón:

muslo en la marcha

Este orden refleja una clara dominancia del cuádriceps y una activación insuficiente de los isquiotibiales, que debería corregirse para mejorar el control motor.

Comparación con un patrón normal de marcha

muslo en la marcha

Al comparar ambos casos, se observa que:

  • Los isquios del patrón normal se activan el doble que en el caso con dolor.
  • El recto femoral del paciente con dolor se activa 5 veces más que en el patrón sano.
muslo en la marcha

Conclusión: ¿Tienes pacientes con alteraciones de la marcha?

Hazte estas tres preguntas:

  • – ¿Tienes pacientes con alteraciones visibles o sutiles al caminar?
  • – ¿Sabes qué músculos no están funcionando correctamente durante la marcha?
  • – ¿Afecta esto a la eficacia de tu tratamiento?

Si has respondido a alguna, es el momento de integrar herramientas como la EMG para detectar y corregir estos desequilibrios.

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