Los puntos gatillo miofasciales son áreas hiper irritables en el músculo esquelético que pueden provocar dolor y debilidad muscular asociada.
Estos puntos se encuentran en bandas tensas de fibras musculares que pueden ser palpables y sensibles al tacto. Cuando se presionan pueden desencadenar dolor local y referido, así como otros síntomas asociados.
En este post hablamos de la evaluación de los puntos gatillo con electromiografía y descubrirás 3 alteraciones musculoesqueléticas asociadas que probablemente no conocías.
En los últimos años, ha habido avances significativos en la comprensión y el abordaje de los puntos gatillo miofasciales. Aunque algunas controversias persisten, la literatura científica más actualizada proporciona evidencia sólida que respalda la existencia real de estos puntos y su asociación con diversas condiciones musculoesqueléticas.
Es interesante diferenciar las características fisiopatológicas de los puntos gatillo a otras condiciones musculares como las contracturas, los espasmos, la sobrecarga o la rigidez muscular. El carácter permanente o transitorio de la contracción, la localización del dolor o la sensación subjetiva de fatiga o debilidad por parte del paciente pueden ser variables clave para diferenciar unas de otras. Son, además, condiciones medibles con las técnicas adecuadas.
Investigaciones recientes han utilizado técnicas avanzadas de imagen, como la resonancia magnética y la ecografía, para visualizar directamente los cambios en los tejidos musculares asociados con los puntos gatillo miofasciales. Estos estudios han demostrado alteraciones estructurales y metabólicas en las áreas afectadas, lo que respalda su existencia y su papel en la generación de dolor.
Además, se han realizado estudios que han utilizado técnicas de electromiografía de superficie para medir la actividad eléctrica de los músculos en presencia de puntos gatillo. Estos estudios han encontrado una hiperactividad muscular localizada en las áreas de los puntos gatillo, lo que sugiere una respuesta neuromuscular anormal asociada con estas lesiones.
Por tanto, la electromiografía es una herramienta muy útil para medir el impacto neuromuscular en el tejido donde están presentes los puntos gatillo.
De hecho, en este post ya detallamos cómo medir, tratar y reevaluar el impacto inmediato del tratamiento en un músculo con puntos gatillo activos:
Puntos gatillo en el trapecio. Ten en cuenta esto para un abordaje efectivo >>
Hoy verás que no sólo hay patrones de hiperactivación, tal y como señalan algunos autores, sino otras alteraciones muy destacables que posiblemente no conocías.
1. ALTERACIÓN DEL TONO BASAL
Este sería el caso clínico de un paciente oficinista con un dolor inespecífico a nivel cervical-hombro izquierdo de larga evolución, asociado a posturas prolongadas en sedestación.
Las características de su dolor hacen pensar en fenómenos de alteración muscular tales como rigidez muscular, sobrecarga, contractura o presencia de puntos gatillo en musculatura de cuello-hombro, todos susceptibles de ser medidos con electromiografía.
Se decide medir en condiciones basales el trapecio y deltoides del lado doloroso y también los mismos músculos en el lado contrario para tener un valor comparador.
El trapecio superior izquierdo está activo en una situación de reposo por parte del paciente.
Este hallazgo en la gráfica podría concordar con su sintomatología. Habría que cruzar datos con su historia del dolor y exploración física para identificar claramente si se trata de un punto gatillo.
A nivel terapéutico puedes hacer una intervención local, como punción seca o neuromodulación y medir inmediatamente el impacto de la misma.
2. PATRÓN SINÉRGICO ALTERADO
En el contexto del caso clínico anterior y una vez que has medido el tono basal, pasarías a la evaluación de un gesto dinámico para comprobar la coordinación entre los músculos de la sinergia.
En este caso el paciente hace 2 series de 5 repeticiones de ABD dinámicas
La media de activación del trapecio es superior a la del deltoides medio. Se trataría de una sinergia alterada.
La presencia de puntos gatillo asociada a contractura muscular o sobrecarga comúnmente refleja valores de activación EMG elevados, dado que son fibras que se contraen de forma persistente y aumentada. Así, podría robar el protagonismo del agonista principal del movimiento, como el deltoides en la abducción de hombro de este ejemplo.
3. AUMENTO DE LA FATIGA MUSCULAR
Por último, puedes aumentar las demandas mecánicas pidiendo pruebas isométricas máximas.
En este caso 2 repeticiones de flexión isométrica de hombro izquierdo.
Aparte de los fenómenos que has visto en los ejemplos anteriores, como tono basal elevado al inicio, durante y final de las contracciones isométricas, aquí te encuentras una vez más con una gran coactivación del trapecio superior.
Este patrón revela una ineficiencia muscular, dado que no es necesario tal nivel de activación por parte de este sinergista de la flexión de hombro para preservar una correcta estabilización.
Además, la perpetuación de estos hallazgos durante el transcurso de la prueba provocará una aparición prematura de fatiga muscular, dado que un músculo con capacidades disminuidas no puede mantener esos niveles de contracción durante mucho tiempo.
Esta fatiga aumentará el riesgo lesional y así comienza de nuevo el círculo vicioso.
Por lo tanto…
- El dolor no es el único problema del paciente.
- Puedes tratar un punto gatillo con técnicas pasivas, pero no olvides reeducar la función neuromuscular para prevenir recidivas.
- La electromiografía te ayuda a cuantificar la activación de un músculo con puntos gatillo y evaluar las disfunciones motoras asociadas.
- No olvides cruzar los datos de la exploración EMG con el resto de datos clínicos provenientes de la historia del dolor y la exploración física.
Y recuerda que puedes aprender a detectar alteraciones con electromiografía como esta, en una demo online gratuita con nosotros que puedes reservar aquí.
Nos vemos en el siguiente post.
