Los puntos gatillo miofasciales son el objetivo de la punción seca, acupuntura y otras terapias para el dolor. La anestesia provocada con esas técnicas en los puntos gatillo reduce tanto la intensidad del dolor como la sensibilización central en el dolor local y en las condiciones de dolor generalizado.
Sin embargo, estas técnicas no siempre provocan una mejoría inmediata del paciente (a veces ni siquiera a medio plazo), lo que origina que su experiencia durante y a posteriori del tratamiento no siempre sea satisfactoria. Lo peor es que no sueles tener ninguna prueba objetiva más allá de su opinión para comprobar si el resultado es bueno o malo.
Nueva evidencia sugiere que la actividad muscular en los puntos gatillo juega un papel importante en la inducción del dolor muscular y la sensibilización central. Esto quiere decir que un punto gatillo puede provocar alteraciones que ya has visto en otros posts de este blog:
- De movimiento. Sinergias alteradas entre pares musculares, como por ejemplo la sinergia entre deltoides medio y trapecio superior en una abducción de hombro.
- De tono basal. Los puntos gatillo también pueden provocar hiperexcitación en el tono basal de un músculo que debería estar relajado y se mantiene activo.
En este post vas a aprender cómo valorar y tratar puntos gatillo desde una perspectiva más avanzada, teniendo en cuenta no sólo el origen sino los posibles déficits de control motor.
Consigue que tus valoraciones sean tan avanzadas como tus tratamientos
¿Sabes qué son los puntos gatillo y los tipos?
Antes de entrar más en detalle de la valoración y el abordaje, tienes que saber que es un punto gatillo.
Los puntos gatillo miofasciales son puntos hiper-irritables en el músculo asociados con nódulos palpables en las bandas tensas de fibras musculares. Cuando estos nódulos palpables se estimulan mecánicamente, el dolor local y el dolor referido pueden inducir una respuesta de contracción local visible.
Los puntos gatillo pueden estar activos o latentes. Un punto gatillo activo refiere dolor localmente a un área grande y/o a otra ubicación remota. Un ejemplo típico es que el paciente siente dolor en la parte anterior del hombro, pero el dolor en realidad proviene de un punto gatillo activo en el infraespinoso.
Un punto gatillo latente no reproduce la queja de dolor clínico, pero puede exhibir todas las características de un punto gatillo activo en un grado menor.
Los puntos gatillo activos contribuyen significativamente al síndrome de dolor miofascial agudo y crónico regional como: la epicondilalgia lateral, el dolor de cabeza, el dolor mecánico de cuello y los trastornos de dolor temporomandibular.
⚠️Los puntos gatillo afectan a la estrategia de control del motor
También deberías saber cómo afectan al control motor.
Los puntos gatillo latentes se asocian con un patrón de activación motora deteriorada y su tratamiento conduce a su normalización [1,2]. La estrategia de control motor deteriorado puede ser la base parcial de la inducción del dolor local y la propagación del dolor segmentario en otras zonas.
La activación muscular sostenida puede inducir a isquemia muscular (falta de riego sanguíneo) y aumenta la liberación de sustancias algésicas (dolorosas) en el músculo, disminuyendo el umbral de dolor mecánico muscular.
La contracción muscular sostenida a niveles bajos de carga puede dañar los tejidos musculares y aumentar la sensibilidad a los puntos gatillo, así como activar los puntos gatillo latentes y dar como resultado dolor local y referido.
Los puntos gatillo pueden aumentar la coactivación muscular en situaciones de dolor local, como la cefalea tensional. Una coactivación aumentada de la musculatura antagonista cuando esta debe estar relajada, refleja la reorganización de la estrategia de control motor en los pacientes, lo que puede conducir a una sobrecarga muscular y un aumento de la nocicepción (detección de estímulos nocivos).
Guía de valoración y tratamiento de puntos gatillo (ejemplificado en hombro)
Existen muchos músculos que pueden tener un punto gatillo activo o latente. En esta guía vamos a ejemplificar la valoración y abordaje para el hombro y el trapecio superior. Sin embargo, casi todos los pasos son trasladables a otros grupos musculares.
El contexto importa
Lo primero que debes tener en cuenta es en qué movimientos y escenarios presenta dolor. El paciente al que voy a hacer referencia trabaja sentado y tiene dolor tanto en el movimiento de abducción de hombro como cuando está sentado tecleando con su ordenador.
Por lo tanto, como mínimo tendrás que evaluar esas situaciones. ¿Qué dos conceptos tienes que tener en cuenta en la valoración?
- Déficits de movimiento. ¿Qué sinergia muscular puede verse alterada en una abducción de hombro? En este caso vamos a valorar la sinergia entre el deltoides medio y el trapecio superior en un movimiento de abducción dinámica de hombro.
- Tono basal. ¿Cuándo te interesa evaluarlo? En este caso, en el contexto de su trabajo, es decir, redactando por ejemplo un email. Para saber si el tono basal es alto o normal, tendrás que comparar su actividad muscular en reposo con la actividad muscular de una contracción isométrica resistida (por ejemplo, una elevación del hombro).
Vamos a entender los posibles escenarios que puedes encontrarte y cómo abordar cada uno de ellos.
1️⃣ Puntos gatillo: Tono basal elevado
Si te fijas en la imagen puedes comprobar que el trapecio se sitúa por encima del umbral de relajación deseado. Este dato es fundamental para demostrarle al paciente que existe una hiperactividad que puede estar asociada a ese punto gatillo y será fundamental tenerla en cuenta para reevaluar a posteriori.
Puedes preguntarte, ¿un 15% de actividad muscular es mucho o poco? Piensa que esto es sólo el principio. Hemos evaluado a nuestro paciente sólo durante 1 minuto. Imagina que puede pasar si lo evaluamos durante 8 horas…la actividad muscular irá en aumento por la fatiga (necesitará más demanda de actividad para soportar la “carga de trabajo”).
Lo ideal sería tratar el punto gatillo con técnicas pasivas y comprobar al finalizar la terapia si se ha restaurado el tono base.
Tanto en el caso de que con solo punción seca no lo consigas, como para mantener el resultado en un medio-largo plazo, puedes tratar la hiperactividad del trapecio trabajando otra musculatura como el trapecio inferior.
2️⃣ Puntos gatillo: Mala sinergia muscular
Otro resultado muy típico cuando tratas puntos gatillos es encontrarte con esta sinergia entre deltoides y trapecio.
Fíjate cómo el trapecio superior activa por encima del deltoides provocando una alteración de movimiento.
En este caso, además de tratar el punto gatillo como hemos comentado en el punto anterior, puedes incluir biofeedback para la reeducación del movimiento y ejercicios en los que desgravitas el trapecio superior. Algunos ejercicios que pueden funcionar son:
- Abducción de hombro en prono.
- Remo tumbado.
- Extensión de hombro inclinada.
Aquí puedes ver como cambia la actividad de ambos músculos cuando hacemos el ejercicio de abducción en prono. Consigues que el deltoides active por encima del trapecio.
Conclusiones
Para ir un paso por delante del tratamiento conservador de puntos gatillo tienes que tener en cuenta el sistema neuromuscular y el contexto de cada paciente. Es fundamental que al final del tratamiento hayas sido capaz de restaurar:
- La calidad de las sinergias musculares en los movimientos con dolor del paciente.
- El tono basal en el contexto doloroso de cada paciente.
De esta manera compruebas objetivamente que tu terapia funciona y aseguras una mayor perpetuidad de tus resultados.
Referencias:
1. Lucas KR, Rich PA, Polus BI. Muscle activation patterns in the scapular positioning muscles during loaded scapular plane elevation: the effects of latent myofascial trigger points. Clin Biomech (Bristol, Avon) 2010;25:765–770. doi: 10.1016/j.clinbiomech.2010.05.006.
2. Lucas KR. The impact of latent trigger points on regional muscle function. Curr Pain Headache Rep. 2008;12:344–349. doi: 10.1007/s11916-008-0058-6.